Un concierto para voces ocultas es el resultado de más de una década de trabajo psicoterapéutico compartido por los autores. Se trata de un método de psicoterapia psicoanalítica focal que permite al paciente mirarse a sí mismo desde la perspectiva de ser uno y varios a la vez. Es una suerte de viaje hacia el encuentro con uno mismo que ocurre en el marco de la relación paciente-terapeuta.

El modelo se basa en tres conceptos: el sí-mismo, el uno mismo y las diadas relacionales. A modo de un calidoscopio con imágenes cambiantes y a veces contradictorias, el sí-mismo aparece poblado por las diadas relacionales y organizado por el uno-mismo, instancias con un doble funcionamiento, tanto consciente como inconsciente.

Del marco teórico se desprende una propuesta técnica de psicoterapia focal, dirigida a diferenciar el uno-mismo de las múltiples facetas y representaciones del sí-mismo. Esta meta terapéutica está enlazada al reconocimiento del uno-mismo del paciente como un interlocutor válido, aliado del terapeuta.

Otros conceptos elaborados por los autores son los del foco psicodinámico y las técnicas de imaginería, valioso recurso terapéutico para estimular el insight y propiciar los cambios internos.

Terminado el tratamiento, el paciente tiene la vivencia de estar más centrado con relación a sus sentimientos y vínculos. Se siente más capaz de resolver problemas y con mayor confianza para afrontar situaciones emocionalmente demandantes.